No crean que me voy a casar o algo así por el estilo.
Estuve alrededor de un mes y resto sin escribir en el blog, y pues hago una entradita hoy que cumplo 3 meses fuera de mi hermoso país.
Tanto Marian como yo no habíamos tenido mucho tiempo para los dos, tanto personal como de pareja de hacer lo que quisiéramos pues hemos tenido compromisos que nos absorbían de algún modo u otro. Algunas veces llamémosle pereza de meterme al blog, otras veces, falta de tiempo, otras veces, tener algo vacilón qué contar.
Como había puesto en la entrada pasada pues vino mi mamá, estuvo acá en Monterrey. Le doy gracias de una vez a los cárteles de la droga por haberse tomado una semana de vacaciones también con motivo de la semana santa. Esos muchachos en serio son muy religiosos. Mi mamá encantada: el primer día la llevamos a conocer por los alrededores de Santa Lucía, la Macroplaza, y el Barrio Antiguo. El segundo día pues la llevamos al paseo Santa Lucía, tanto de día como de noche; la llevamos a comer a buffet de comida china y pues toda contentilla porque se podía servir las veces que quisiera. Ya no me acuerdo qué hicimos cronológicamente, pero la llevamos a la Huasteca, dos centros comerciales, La Pulga Río. Conoció a mis suegros, a Doña Chila (la señora que me alquila el apartamento), y a la gente de la iglesia. Encantadísima con el Cerro de la Silla, cada vez que la veía decía: "¡Qué cosa tan hermosa esa sillita, tómele una foto Sergio!". Mi mamá es una cosa linda. Se sentía tan lindo tenerla conmigo, y haber comido un poquitito de su cuchara bendita. Las despedidas siempre son difíciles, no sabía por qué lloraba exactamente ella, pero lo averigüé en la noche. Me había dejado una carta diciéndome cosas super lindas, cuán bien lo había pasado y para rematarlo un beso pintadito en la hoja. Simplemente empecé a sollozar y me puse a llorar. Como podrán suponer, durante la semana, Marian estaba preocupadísima por caerle bien a la suegris, pero logró su cometido.
Después de eso tuvimos la boda de mi cuñada. Algo que pienso aclarar, es que si mi cuñada lee esto sepa que no estoy criticando su boda, jamás, sino dando una reseña de lo que viví y mis sentidos; ojos percibieron para contárselo al mundo. No soy un hombre de bodas, la verdad sólo había asistido a una en mi vida y fue para la de mi hermano Gustavo. La boda de Melany, era mi primera boda mexicana y pues fue demasiado bonita. La verdad fue muy muy mexicana, tanto en la comida, como en todo lo que hicieron en la fiesta. No soy amante de las misas, pero al final el padre no se ayudó y terminó dando un sermón que no tenía ni pies ni cabeza, un sermón de iglesia y no un sermón de matrimonio, con matices más políticos y sociales que de amor. La boda civil fue preciosa, la jueza por su parte, hizo el papel del sacerdote y dio unos consejos de familia y de amor bastante acertados. La fiesta en sí, "padrísima", el lugar precioso, la comida exquisita: nada del típico pollo, sino comida mexicana, tortillas, mole, guisos de chicharrón, pollo y picadillo. La banda la verdad fuera de serie, y para rematarla un mariachi. Ya luego fue la tornaboda (es after party) donde había un dueto tocando guitarra y cantando a complacencia, muy buenos, pero qué va, no se sabían ni una de Sabina entonces perdieron mucha credibilidad de mi parte. Al final todo se acabó, y me fui durmiendo a las 5 am. Luego ya a las 10am ya estaba el almuerzo, de verdad casi fue una boda de dos días, muy agotador.
Finalizado ese evento, la semana siguiente era otra boda, esta vez de una amiga de mi novia, allá en Morelia del estado de Michoacán. Acá empieza la crónica. Viva Aerobús es una empresa irresponsable que dice ser la aerolínea bajo costo de México, pues nos canceló el vuelo dos días antes, dándonos soluciones que ni a mí ni a Marian nos convenían. Terminamos viajando en bus al DF, podíamos ir directo de Monterrey a Morelia, pero decidimos hacer el viaje al DF para acompañar a un "amigo", pongamos que hablamos de Daniel. Salimos a las 8 pm de Monterrey, y llegamos a las 7.30 am al Distrito Federal. Ahora, ustedes dirán, "mae qué cansado", pues sólo un poquitín incómodo, no cambio la cama por nada del mundo. El bus muy muy confortable, y en mi politico (polo+tico) ser nunca había estado en un bus tan lujoso. Llegando a la central llamamos a Daniel, nos dijo en 20 minutos llego. Se los juro fueron los 20 minutos más largos de mi existencia. Llegó 5 horas después. Excusas y excusas, etc, etc, ya no me interesa hablar de eso. Daniel es un tipo que es imposible de enojarse con él más de 5 minutos, nos montamos al carro y ya estábamos riéndonos con él. Llegamos Morelia, no sin antes estallarse una llanta. Morelia es una ciudad preciosa (espero poner fotos del bus y de mi estancia en Morelia en facebook), muy colonial, no ha perdido en sí su esencia (creo yo), había una actividad cultural en la ciudad tipo pasacalles. Esta vez me salté la misa, nos fuimos directo a la fiesta. Era a un costado del Palacio de Justicia, a dos cuadras está la catedral. La fiesta fue en la azotea de un edificio, entonces el paisaje fue espectacular, puesto que la iluminación de la catedral es increíble. ¿Como podríamos decir? ¿El escenario tenía muy buena fotografía? Espero que me halla dado a entender. Súmamente precioso. Ahora va lo más catchy del viaje. Resulta ser que el vuelo de vuelta era con Bolaris y era en Toluca. Yo no tenía noción de la distancia hasta que íbamos a Morelia, y son muchos kilómetros. Decidimos contratar un taxi que nos llevara de Morelia a Toluca, nos costó 1000 pesos (50 mil colones aprox). Pues el taxista con tal de no pagar las casetas de cobro se jaló una historia con balas incluídas y nos fuimos por carretera libre, nos perdimos dos veces y una fue llegando al aeropuerto. La historia es más compleja de lo que suena, pero llegamos al aeropuerto 5 minutos antes de que terminara el abordaje. Sin mentirles ha sido la situación más estresante de mi vida. Yo pensaba: "no puede ser posible que halla hecho todo el viaje con este taxista 4 horas para no coger el avión y tener que devolverme en autobús de Toluca a Monterrey". Dios es fiel, y este relato es testimonio vivo de que existe. Fue un milagro haber llegado. Odio volar, me da mucho miedo la impotencia que siento, miedos raros, pero apenas me senté en el avión de Bolaris me dormí, me desperté cuando chillaron las llantas en el aeropuerto Mariano Escobedo. Llegamos a Monterrey a las 10 am; si se acuerdan les conté que un amigo no nos recogió a las 7.30 el sábado, llevaba ya 26 horas sin dormir. Fin de la historia y aventura en Morelia, se puede mega ampliar pero qué pereza, tuve que hacer la entrada apenas llegué de allá.
Mi trabajo: vamos bien con el proyecto, todo en orden y tranquilo. No me gusta trabajar sólo. He sufrido demasiado. He aprendido muchísimo, pero odio tener que trabajar configurando a veces el servidor de la aplicación, no entiendo nada. Windows 2003 Server me ha jugado malas pasadas. Como experiencia ahora y por ayudar al mundo. Cuando algo malo me pasa, y lo logro resolver, de una vez voy a StackOverflow, hago una pregunta y yo mismo me la respondo, sólo por ser amable con la humanidad por internet, que tanto me ha ayudado.
Por cierto fui el 29 de abril al concierto de Sabina acá en la Arena Monterrey. Estuvo bonito, pero como le comenté a la gente, no creo que vuelva a ir a un concierto de ese men. La primera experiencia fue muy tuanis, pero esta segunda me dejó un sin sabor. No sé si el hecho de haber aceptado a Cristo, y que él sea el protagonista de mi vida, hace que sólo lo vea como un ser humano más, o si realmente su show empezó a ser predecible. Tocó 4 piezas del disco nuevo, y luego ya las viejitas. Se despidió 3 veces del escenario y volvió dos, para que tomen nota y griten mucho por allá. Los artistas son unos lava huevos, porque siempre dicen lo mismo, ustedes son un público increíble bla bla bla. Cuando no es cierto, vi a Sabina (cuando empecé este blog) y el público en Costa Rica es increíble, es un público agradecido, no cuesta prenderlo. Acá, sin ánimos de ofender, están acostumbrados a los artistas y espera que el artista haga su trabajo, la gente se prendió hasta la mitad del concierto, yo le decía: "Qué va allá en Costa Rica todo el mundo estaría coreando desde la primera". Pues acá no, todo el mundo sentado, yo no me puse de pie porque me dio vergüenza salirme de mi asiento, y decidí quedarme como todos los demás. Pero en fin, no se agüeven pero los conciertos de ese mae son prefabricados, terminó como la vez pasada con noches de boda y nos dieron las diez. Yo esperaba más, pero la verdad, no sé qué más podía esperar.
Termino esta larga entrada diciendo lo siguiente: extraño mi país, y no es tanto mi país, sino mi gente. Este lugar es precioso, la gente, los mexicanos lindísimos, la comida super rica, mi novia me da mucho consuelo, pero me hace falta algunas veces ese abrazo sincero, de oso, de Jorge que me arranque el alma. Hablar en persona con Kevin sobre las cosas que me pasan, tomarme un café con nina a las 10 pm un jueves por la noche (como cuando dirigía la célula donde Jose). Extraño jugar Play Station, hacer Espacio Blaugrana, hablar con mi hermano Manfred, llamarlo cuando hacía un gol del Barca. Me hace falta hablar con mi mamá, extraño a mi hermano Jorge, simplemente sentarme con él en la sala de la compu de la casa, y ver como trabaja, ver sus excentricidades, sus trabajos, regañarlo, darle tips. Extraño enojarme con mi hermana Laura, extraño a mi hermana que nunca veía, Viviana. Extraño no poder ver al hermano que casi no veía, Gustavo, darle un beso en la mejilla. Extraño molestar a mi sobrina, y saludar a mi Papá.
Dentro de todo esto he aprendido, en medio de las habitaciones vacías en donde residían en mi corazón mis amigos y familiares, a sostenerme de Dios, me aferro a su propósito divino de tenerme acá.
Los amo gente, se me cuidan, espero escribir pronto.