Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar: al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio. Mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen el cristal de los acuarios de los peces de ciudad, que mordieron el anzuelo, que bucean a ras de suelo, que no merecen nadar.
domingo, mayo 04, 2008
Hablando de mentiras: Dos versiones, según Sabina
Cuando me hice pandereta, pues acepté evitar o cortar cualquier mentira, engaño, ser sincero ahora es mi meta. Esto me ha hecho reflexionar en muchas cosas y vivo ciertamente mejor, si no me gusta algo lo digo y no miento para caerle bien a la gente y la sinceridad con que habla mi boca, refleja la sinceridad que guarda mi alma. Ahora también lo mínimo que exijo es sinceridad para no perder tiempo en causas perdidas, que de esas causas ya no soy amigo.
Tan real es la verdad como ficticia la mentira, y como no me gustan las mentiras, hago incapié en esto que escribió Cerati: "No me hablen de esperanzas vagas persigo realidad".
En fin... a veces es tan fácil mentir, salirnos con la nuestra, poner al otro a los pies con una simple frase excluyente en no ser cierta, para los mentirosos o los que les gustan que les mientan va a este post.
Yo a Sabina lo sigo admirando por su facilidad de hacer sentir con su música lo que no puede escribir un corazón con hábil palabras. Las dos versiones de las mentiras según Sabina:
--
Cuando le dije que la pasión,
por definición, no puede durar
¿cómo iba yo a saber
que ella se iba a echar a llorar?
"No seas absurdo -me regañó-
esa explicación nadie te la pidió
así que guárdatela,
me pone enferma tanta sinceridad".
Y así fue como aprendí
que en historias de dos
conviene a veces mentir,
que ciertos engaños son
narcóticos contra el mal de amor.
Yo le quería decir que el azar
se parece al deseo
que un beso es solo un asalto
y la cama un ring de boxeo,
que las caricias que mojan la piel
y la sangre amotinan
se marchitan cuando las toca
la sucia rutina.
Yo le quería decir la verdad
por amarga que fuera,
contarle que el universo era más
ancho que sus caderas.
Le dibujaba un mundo real
no uno color de rosa,
pero ella prefería escuchar
mentiras piadosas.
Y, cuando por la quinta cerveza, le hablé
de esa chica que me hizo perder
la cabeza, estalló:
"¿vas a callarte de una vez, por favor?"
--
Es mentira que sepa lo que quiero,
es mentira que cante por cantar,
es mentira que sea mejor torero
con toros de verdad.
Es mentira que no tenga ambiciones,
es mentira que crezca mi nariz,
es mentira que escribo las canciones
de amor pensando en ti.
Te digo que... es mentira que fui ladrón de bancos,
es mentira que no lo vuelva a ser,
es mentira que nos quisimos tanto
(parece que fue ayer).
Te juro que... es mentira los Reyes son los padres,
es mentira que ha muerto el rocanrol;
es mentira que sepan a vinagre
los besos sin amor.
Para mentiras las de la realidad
promete todo pero nada te da,
yo nunca te mentí
más que por verte reír.
Menos piadosas que las del corazón
son las mentiras de la diosa razón,
yo sólo te conté media verdad al revés
(que no es igual que media mentira).
Es mentira que no tenga enemigos,
es mentira que no tengan razón;
es mentira que acepte que el ombligo
del mundo no soy yo.
Es mentira que nunca te he mentido,
es mentira que no te mienta más;
es mentira que un bulo repetido
merezca ser verdad.
Es una gran mentira que mientan los boleros;
non e vero que nos dieran las diez;
es mentira que sea un caballero
cuando nadie me ve.
Repito que... es mentira el cristal con que me miras;
es mentira que dude de dudar;
es mentira que más de cien mentiras
no digan la verdad.
Para mentiras las de la realidad
promete todo pero nada te da,
yo nunca de mentí
más que por verte reír.
Menos piadosas que las del corazón
son las mentiras de la diosa razón,
yo sólo te conté media verdad al revés
(que no es igual que media mentira).
Mejor que yo miente la necesidad;
sabe de sobra cómo hacerte llorar;
mi crimen fue vestir
de azul al príncipe gris.
Mira las piernas de la desolación,
llevan las medias que rompió la pasión;
yo sólo canto en blues
del que perdió el autobús.
Los sueños dicen la verdad corazón;
dímelo todo, miénteme, por favor;
yo sólo pretendí
comer reina con alfil.
Pídele cuentas a la pura verdad
que no se pringa, que no tiene piedad;
yo sólo me colgué
medallas que no gané.
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