lunes, octubre 01, 2007

Jeremías 17:7-8

Pero bienaventurado
el hombre que confía
en el Señor.

Es como árbol
plantado a orillas de un
río, cuyas raíces penetran
hasta encontrar el agua;
árbol al que no agobia
el calor ni angustian
los largos meses de
sequía, su follaje
se mantiene verde y
produce en todo tiempo
jugoso fruto

1 comentario:

SOL dijo...

esos versos siempre me hacen pensar en mi mami...
es dem lindo leerlos por acá
besos niño pez